El turismo como industria de la experiencia del cliente

Descubre por qué el turismo es una industria donde la experiencia del cliente le asegura la rentabilidad a largo plazo.

En una mirada clásica a la economía encontramos productos y servicios. A medida que los países se van desarrollando el peso de los servicios es mayor. Es innegable que los servicios están evolucionando de la misma manera que la sociedad va escalando posiciones en la pirámide de Maslow.

La búsqueda del placer hace que los servicios sean cada vez más experienciables, sin entregables, sin tangibles.

Tan servicio son un restaurante donde hay un tangible claro como es la comida y bebida, como un servicio de consultoría estratégica donde hay una solución a un problema concreto.

El concepto de productividad evoluciona:

La «forma de hacer las cosas» es el factor común en productos y servicios para ser eficientes en el proceso productivo.

Hoy sabemos que en la prestación de servicios, la producción y el disfrute por parte del cliente coinciden en el tiempo y la «forma de hacer las cosas» es la clave del éxito para que el cliente repita.

El turismo es un servicio híbrido entre lo tangible y lo intangible, entre la experiencia y las viejas transacciones.

El turismo tradicional ha explotado factores extrínsecos a la industria: la naturaleza, conjuntos de valor histórico-arquitectónicos, una playa, una configuración montañosa, museos, esculturas o monumentos que son promocionados por las autoridades para atraer personas, clientes en definitiva.

Así ha sido desde hace años.

Hoy el sector se está reorientando hacia la industria del disfrute. Se está profesionalizando, generando valor y factores intrínsecos a la industria: felicidad, relax, salud, belleza, sensaciones con 5 sentidos.

Cuando pensamos en experiencia del cliente, pensamos en turismo.

El turismo es un sector donde tienes toda la atención y predisposición del cliente: generalmente está en su tiempo de ocio (excepto viajes profesionales) con muchas ganas de disfrutar y abierto a nuevas experiencias.

Carlos Sánchez Corrales en su libro «Los 5 pasos del turismo experiencial» nos sugiere las siguientes etapas para generar negocio conquistando emociones:

  1. Conocer al viajero-persona (meterle luego link para el cliente del turismo)
  2. El destino como medio-vivencial
  3. Activando la experiencia del cliente
  4. Planificación de experiencias
  5. ¿Cómo lo damos a conocer y comercializamos?

Esto supone una revolución: ahora el punto de partida sería el cliente, cuáles son sus gustos, preferencias y necesidades.

Desde aquí ya hemos hablado de la importancia de conocer al cliente para personalizar el producto o la prestación del servicio. Parece evidente que sin conocer al cliente la personalización no es real. El sector turístico es terreno abonado para la personalización y experiencia.

El sector tiene que superar el reclamo extrínseco a la industria: que el cliente repita y nos recomiende no solo por el monumento o playa. Sino por los activos intangibles que la industria puede crear: sensaciones y sentimientos de placer que el turismo puede aportar a los 5 sentidos.

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La situación del marketing bancario

En esta entrada vamos a hablar de la situación en la relación del cliente y los bancos que ha generado la quiebra de confianza cliente-asesor bancario, la complejidad de productos financieros y su regulación, la digitalización y viejas estructuras de incentivación salarial de los gestores bancarios.

El sector bancario es uno de los sectores más sensibles en la actualidad tanto a nivel de oferta como de demanda:

A nivel de oferta, tras la última crisis económica muchos han sido los bancos que han tenido que ser rescatados, ayudados o incluso han quebrado, generando en el cliente de servicios bancarios ciertas dudas, y esto afecta a la demanda de servicios bancarios.

En el caso español, estas dudas se acentúan por la judicialización de cláusulas abusivas en los préstamos hipotecarios, la venta de acciones preferentes de una forma poco clara o salidas a bolsa de dudosa legalidad, atrapando a cientos de miles de pequeños ahorradores.

Ya he comentado desde este blog que el marketing de servicios tiene sus peculiaridades y diferencias respecto al marketing de producto. Hablaba de la importancia de la relación personal entre el prestador del servicio y el consumidor. En el caso del sector bancario, la relación entre el gestor comercial y el cliente solía ser una relación de años generando vínculos emocionales, por los que el cliente no tomaba decisiones financieras sin el beneplácito de su gestor.

Esta relación de confianza, tras los últimos acontecimientos se ha visto muy tocada y en muchos casos ha quedado rota. Los incentivos, entendidos como la parte variable del salario que perciben los gestores de banca han pesado más que relaciones construidas durante años.

Sumado a esta desconfianza del cliente hacia el banco a nivel institucional, el cliente ha visto que su gestor habitual desaparece. Muchos bancos optan como política habitual de recursos humanos rotar al personal, cambiando habitualmente los gestores cada 1 o 2 años.

Esta rotación continua de personal en los principales bancos, genera, sin duda, un menoscabo en la relación con el cliente, donde la confianza es vital por la naturaleza del negocio:

  • Los productos bancarios son cada vez más complejos
  • Aunque el cliente está cada vez más formado, es necesario abundar en la formación financiera
  • Las agencias de regulación y bancos centrales, han cerrado el cerco legal a los bancos creando complejos formularios que los clientes deben firmar como sabedores de las operaciones que realizan.

Hasta aquí podemos decir que:

  • Hay una quiebra de confianza entre los clientes y los bancos
  • Tendencia a complicar los productos bancarios buscando la rentabilidad que el negocio tradicional, préstamos y depósitos, no aporta.
  • Rotación excesiva de personal bancario que evita crear relaciones de confianza.
  • Exceso de procesos/documentos legales que intentan evitar sucesos pasados. Esto provoca que se prime la regulación y legalidad sobre la usabilidad y experiencia del cliente.

Pero aquí no se queda la cosa, tenemos que añadir un cambio más: la digitalización.

La digitalización es uno de los procesos fundamentales en los que todos los sectores están afectados, y es que como ya he comentado en otras ocasiones, la multicanalidad es la esencia misma de la relación con el cliente en la era digital.

El sector bancario, es de los que más provecho puede sacar de los beneficios de la digitalización en la productividad. Las transacciones automáticas eran hasta ahora el grueso de las relaciones entre el cliente y el banco. Desde hace muchos años los bancos han ido introduciendo la tecnología para agilizar las transacciones sencillas, buscando el “autoservicio” del cliente, por ejemplo, los cajeros automáticos. Éstos ahorran tiempo al gestor, que puede dedicar esas horas liberadas a asesorar, gestionar las relaciones con los clientes y a realizar ventas. Parece que en los últimos años se han concentrado en esto último.

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Pues bien, los canales digitales, fundamentalmente la página web y app vienen a dar una vuelta de tuerca más y dar libertad al cliente de realizar transacciones, pagos, transferencias y compra-venta de productos bancarios sencillos, y los no tan sencillos con la ayuda del gestor presencial, telefónico o el asesor virtual (chat).

Este cambio del marketing transaccional al marketing relacional es otro de los retos y gracias a la tecnología parece que está en camino.

Sin embargo, aún podemos encontrar situaciones del pasado que suponen otro desafío a la atención y experiencia del cliente:

  • No puedes sacar cierto importe sin avisar: esto suele responder a una medida de seguridad bancaria que limita el efectivo en la sucursal.
  • No poder hacer operaciones en sucursales distintas de la tuya: el cliente entiende muy mal el concepto carterización y lo supone exógeno a él.

Y es que los clientes de servicios bancarios, a la vez son clientes multisectoriales. Otros sectores como el retail han avanzado mucho en la multicanalidad y digitalización, así los clientes empiezan a exigir similares prácticas en el negocio bancario. Sin embargo, tropiezan en la gestión tradicional del cliente: transaccional. Esta gestión transaccional, comercial del cliente bancario, se reflejan en los objetivos comerciales y posterior cobro de incentivos de la red comercial.

Añadimos, así, un desafío más en el marketing relacional bancario: el cumplimiento de objetivos comerciales sigue siendo fundamentalmente por productos vendidos y gestión de cartera de clientes, redundando directamente en la experiencia de este. Es fácil de entender: si un cliente que no tengo asignado me pide realizar una transacción que no me va a contar para el cobro de mis incentivos, no la voy a hacer.

El listado de desafíos quedaría así:

  • Quiebra de la confianza del cliente.
  • Complejidad de productos/regulación.
  • Digitalización
  • Multicanalidad
  • Objetivos comerciales y variable de los gestores comerciales.

En la próxima entrada aportaré ideas para mejorar la experiencia del cliente bancario en todos los desafíos anteriormente enumerados.

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Lanzamiento del libro sobre Marketing de servicios profesionales.

Siempre es un gusto dar este tipo de noticias: se ha lanzado “Marketing para las empresas de servicios profesionales” (Editorial Pirámide). Nos ha salido un libro realmente interesante: junto a mis amigos: Juan Carlos Alcaide  y Juan Andrés Aviles

Vivimos rodeados de servicios: vamos al médico, llamamos al servicio de reclamación de multas, visitamos al fisioterapeuta, vamos al peluquero o entrenamos con un entrenador personal. ¿Lo habías pensado alguna vez?

¿Y cuando compramos productos? Te metes en la web del fabricante para registrar tu smartphone, llamas al help desk para preguntar por el funcionamiento de tu lavavajillas o telefoneas al centro de soporte para reclamar un cambio ya que el producto vino defectuoso.

Servicios al fin y al cabo que están alrededor de todos nuestros consumos.

Estos servicios están prestados generalmente por personas. Digo generalmente, porque cada vez más servicios son prestados por máquinas o bots que van aprendiendo de nuestro comportamiento para dar respuestas coherentes a peticiones habituales.

Pues bien, dentro de la prestación de servicios hay una parte muy importante que es la prestación de servicios profesionales. Personas, expertas en su profesión, que prestan servicios a otras personas. Este sector tiene una serie de particularidades y ventajas para aquellos que amamos el servicio al cliente.

  • Son prestados por personas
  • Un servicio no se parece a otro: el mismo masaje prestado por la misma persona, no es igual dado en dos momentos distintos del tiempo.
  • Generan un vinculo entre cliente y profesional: bien de dependencia, bien de confianza.
  • Es difícil distinguir entre la marca persona y la marca empresa, en caso de que el profesional trabaje en un despacho profesional, consultoría o centro médico o de estética.

Estas mismas características hacen de esta prestación de servicios una inmensa oportunidad para mantener al cliente cercano a ti.  En contrapartida, la gestión con el cliente es muy delicada.

En cada servicio, en cada prestación de servicios, se renuevan votos. Una relación fructífera y provechosa con una gestoría durante años, en una prestación deficiente puede cambiar la percepción del cliente: de percibir el bufete como confidente a sentirse prisionero, ya que el coste administrativo del cambio sería muy alto.

En “Marketing para las empresas de servicios profesionales” tratamos la relación con el cliente de servicios profesionales desde el punto más científico y profesional, tomando la tecnología y la innovación como vehículos para que el cliente tenga una experiencia fidelizadora en todas sus demandas.

Abordamos la gestión del cliente desde tres puntos de vista y basado en nuestra experiencia en el sector:

  1. Conocer al cliente desde los datos y el Machine Learning
  2. Automatizar el conocimiento y prestación de servicios desde el Big Data e Inteligencia Artificial
  3. Poner esta tecnología e innovación al servicio de las técnicas de Experiencia del cliente para conseguir los mejores resultados. Por supuesto no nos olvidamos del branding personal y de la empresa y las redes sociales.
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Los recursos humanos como motor de la experiencia de cliente (i)

La experiencia del cliente está de moda en empresas de todo el mundo. Las empresas, siempre preocupadas por aumentar sus ingresos y reducir sus costos, buscan nuevas formas de reducir costos sin despedir a tanta gente. Preocupadas, también por su imagen, despedir a una gran cantidad de personal mejorará sus KPI de financiación a corto plazo, pero a largo plazo genera muy mala imagen afectando a las ventas.

Las empresas orientadas culturalmente hacia la experiencia del cliente o “Customer Experience”, aumentan los ingresos y reducen sus costes:

  • Aumento de ingresos a través de recompras. Una buena experiencia generará buenos recuerdos en el cliente. Cuando el cliente necesite comprar el mismo producto de nuevo nuestra marca estará presente en sus opciones.

Cuanto mejor sea la experiencia, mejor será el recuerdo.

Cuanto mejor sea la experiencia, mayor  disposición para comprar nuestros productos.

  • Cuanto mejor sea la experiencia, más clientes se convertirán en sus prescriptores, por lo que habrá menos costes comerciales y menos molestia sobre el cliente.

Conseguir esto, sin embargo no es fácil: la cultura de experiencia de cliente es a largo plazo y exige un esfuerzo continuo de todos en cada departamento de la organización.

Pero si está dispuesto a hacer el esfuerzo, sus resultados mejorarán dramáticamente.

¿Cómo obtenerlo?

¿Quiénes son las personas en la organización más cercanas a los clientes? El éxito o el fracaso de la relación con los clientes depende de estas personas. Pero cuidado es fácil asignar responsabilidades, pero debemos facilitarles herramientas.

En Customer Experience, la caja de herramientas debe estar compuesta de procesos y procedimientos sobre la prestación del servicio. La responsabilidad de crear este proceso recae en la Compañía.

Los clientes esperan recibir el mismo producto o servicio cada vez que lo adquieren. Por ejemplo, piensa en tu pub favorito. ¿Cuáles son sus razones para visitarlo, aparte de la cerveza? El camarero, la camarera, el bar tender, la música, el ambiente, los colores, la gente que visita el establecimiento o una combinación de ellos y, sobre todo, la relación que el bar tiene con los clientes. Esa relación mejora a medida que el personal se esfuerza por conocer los hábitos y crear un entorno agradable.

Si los camareros conocen a sus clientes, pueden personalizar estas relaciones.

¿Qué pasaría si el camarero que hace tan particular la relación estuviera enfermo?

La experiencia será totalmente diferente si el sustituto no conoce los hábitos, necesidades y deseos de los clientes. Es fácil de entender, no saben nada sobre los clientes, es imposible personalizar el servicio.

¿Cómo se puede evitar esta situación?

Tres soluciones:

  1. Conoce a tus clientes
  2. Tome notas sobre ellos
  3. Enseñe este conocimiento a todos los que están en contacto con los clientes

Estas tres soluciones darían como resultado un servicio homogéneo independiente  de la persona que está atendiendo, ya que se continuaría construyendo una relación con el cliente.

Esta es la mejor manera de construir una marca fuerte orientada hacia la lealtad del cliente.

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El “Fitness experience” o la Experiencia rentable del cliente Fitness (i)

El pasado 25 de enero en Barcelona se celebró un encuentro sobre cómo mejorar la experiencia de cliente en el sector del Fitness organizado por MAS (Management Around Sports) . En dos entradas de blog condenso el contenido que transmití.

Tenía el encargo de hablar sobre la experiencia del cliente rentable en el sector del Fitness. Sin duda la idea a transmitir es: invertir en experiencia de cliente es invertir en relaciones a largo plazo satisfactorias con el cliente y en que nos prescriban. La rentabilidad la recibimos por tres vías:

  • Menos bajas
  • Las prescripciones de los clientes que nos traen nuevos clientes
  • Mayor valor de vida de cliente o Life time value.

El punto de partida es bastante rotundo: en el 80% de los motivos de baja de los clientes podemos intervenir ya que proceden de incidencias o atención insatisfactoria, siendo el precio el motivo aducido por el 6% de los clientes.

Si mejoramos nuestra manera de actuar respecto a los clientes seguramente podremos mejorar nuestra tasa de abandono o Churn.

Mi intervención arrancó con este principio de rentabilidad detrás de la experiencia y en nuestra mano está la mejora. Me centré en tres aspectos alrededor de la experiencia del cliente: la información, la estrategia y la ejecución.

El «Customer Experience» necesita de grandes dosis de empatía, es decir, ver al cliente como si fuéramos nosotros mismos: aplicar las cosas que nos gustaría nos aplicaran y evitar aquellas cosas que seguro nos molestaría.

Es seguro que si hacemos este ejercicio y revisamos aquellas empresas o marcas a las que somos más fieles, lo somos de forma irracional, gracias a valores intangibles como la confianza, el compromiso o el beneficio que conseguimos, todos, fraguados poco a poco y a lo largo del tiempo.

La forma de acercarme de una forma tangible a estos valores es a través de la información que disponemos en nuestro centro Fitness: del cliente y de nuestras tareas. Todos los días realizamos un sinfín de tareas que deben estar recogidas en procedimientos y conocidos por todos: la entrada en el centro, la recepción y bienvenida, los vestuarios, la zona de máquinas, las clases colectivas, la limpieza. Todos son procesos llenos de tareas que se relacionan entre sí.

Debemos aprovechar los datos que arrojan los distintos procesos para entender el funcionamiento de nuestro centro y cómo el cliente disfruta de él. Del mismo modo, debemos aprovechar la tecnología que ponemos al servicio del cliente para usar esos datos: web para reservar clases, terminales autónomos o las máquinas del control de acceso.

Buscar quién es el cliente y quién es mi cliente debe ser el primer paso. ¿Dónde? Estudios de mercado y sobre todo, nuestros propios datos. Es bastante común ver que centros deportivos hacen encuestas a sus clientes en formato anónimo intentando conseguir información que seguro disponen si fueran a buscarla a sus fuentes. Preguntar por el género del cliente, cuántas veces utiliza el gimnasio, qué áreas son tus favoritas son información de la que ya disponemos desde el momento del alta y en cada una de las reservas de clases grupales.

La diferencia fundamental entre los estudios de mercado y la Inteligencia de Negocios o Business Intelligence es que la primera consigue información del mercado con perfiles anónimos y la segunda bucea en los datos propios, sobre los clientes conocidos.

Es por ello que debemos aprovechar los dispositivos que tenemos: tornos, fichas de clientes del alta, perfil de la web, clases que reservan vía web o terminal autónomo, tiempos entre la entrada y la salida, para conocer al cliente, para saber qué tipo de cliente utiliza nuestras clases colectivas, los picos en los vestuarios o el tipo de máquina preferida para habilitar más y eliminar aquellas que no se usan.

Esta información podremos utilizarla para dimensionar nuestro centro, crear nuevos servicios como el asesoramiento nutricional o clubes de runners y para personalizar la prestación, que es, al fin y al cabo, mejorar la experiencia.

Información para conocer, información para personalizar. Pero no descuidemos los básicos.

Los procesos básicos son aquellos cuyas tareas conforman la oferta que va a cubrir lo que la mayor parte de los clientes esperan de su centro fitness: que las zonas comunes, vestuarios, clases colectivas y aparatos estén limpios, que la iluminación y el sonido sea agradable, que las máquinas funcionen o que los monitores tengan la capacitación suficiente. En definitiva, cubrir la expectativa de la mayor parte de los clientes.

De la realización de la tarea habrá unos responsables que la ejecutarán con involucración. Es fácil advertir que en las manos de nuestros colaboradores está la mayor parte de la creación de la experiencia. A menudo, los centros dejan al criterio individual de cada colaborador la prestación y relación con los clientes. Es un error muy común.

Piensa en tu bar favorito, piensa en los porqués acudes allí. Enumerarás una serie de características racionales: la luz, el ambiente, la música… ¿Lo estás pensando? Seguro que identificarás a un bar-tender que te personaliza el trato, te llama por tu nombre,  te sirve lo que te gusta y como te gusta. Piensa ahora que esa persona se da de baja y viene uno nuevo, que no te conoce, que no conoce tus gustos. La experiencia cambia, es el mismo lugar, pero ya no es tu bar. Ese es el efecto de dejar en manos del criterio de las personas la creación de la experiencia.

Por ejemplo, son muchas las cadenas de fitness que piensan que los clientes les eligen por su marca, su prestigio, sin embargo van por la persona, por el monitor de ciclo que le hace tan especial la sesión o por el fisioterapeuta que le tan bien le trata. Si ese monitor o fisioterapeuta se van a otra empresa, el cliente se irá y tendremos una baja.

¿Cómo evitar esta situación? Estandarizando la experiencia y con marketing interno.

Estandarizar la experiencia: tomemos todos los procesos y tareas que construyen una experiencia y sentemos a todas las personas que intervienen en su prestación. Preguntémosles por la vigencia de esos procesos, que se construyan entre todos. No cometamos el error de que los procesos sean diseñados de arriba para abajo, de los coordinadores y jefes impuestos a las personas que prestan los servicios. Construyamos entre todos y mantengamos reuniones periódicas para ver los problemas que han surgido, si las tareas las hemos pensado en que sea lo mejor para nosotros, pero que al cliente no le encajan, pongamos los problemas encima de la mesa, démosle solución entre todos y así, ante mismos problemas, adoptaremos mismas soluciones.

No descuidemos la formación interna sobre la forma de hacer las cosas, de tal manera que extenderemos las mejores prácticas para que preste el que preste el servicio lo haga de una forma similar. Esta es la forma de que la experiencia se independice de personas concretas y recaiga en el centro Fitness o en la marca.

Marketing interno. Efectivamente que haya experiencia agradable o desagradable sostenida en el tiempo depende mucho del factor humano. La temporalidad, la precariedad no benefician a la creación y mantenimiento de experiencias. Pongamos foco en:

  • La selección: es muy común contratar a empleados sobrecualificados para desempeñar temas menores. Esto puede provocar una frustración y expectativa no cumplida, que al final redunda en nuestro cliente final.
  • Dignificación del empleado: copiemos de otros sectores, los mecánicos que recepcionan el coche no van en mono de trabajo manchado, ni los entrenadores de futbol visten en chandal como Luis Aragonés. Copiemos la máxima del Ritzt-Carlton “somos damas y caballeros al servicio de damas y caballeros”
  • Empoderamiento y formación: concienciar a nuestros colaboradores de la importancia vital de su intervención de la mejor manera y mejor grado. Sin descuidar la formación, que sepan cómo hacer las cosas y que intervengan en el diseño de las formas de actuar.
  • Motivación: sin entrar en el tema salarial, hay muchas cosas que motivan a nuestros empleados como es la autonomía, el poder de construir, que son una pieza importante dentro de la organización, que mantiene alta la disposición ante una atención exquisita.

Otros dos ingredientes fundamentales en el mundo del Fitness es:

La multicanalidad: el resultado de procesos actualizados y conocidos por todos los empleados, hacen que la atención por todos los canales sea la misma generando una experiencia de coherencia, unicidad y satisfacción que en muchos casos no es así. Nos es habitual tener un mensaje distinto en recepción, por el monitor de “cardio”, si llamamos por teléfono o si miramos en la página web. El mensaje debe ser único, la resolución de conflictos, dudas y FAQ’s debe ser la misma independientemente del canal utilizado.

Digitalización: tenemos asociado el gimnasio como algo físico, pero desde luego tenemos que pensar en otros canales. Igual que el horario de gimnasio se ha ampliado y adaptado para las nuevas necesidades del cliente, puede haber perfiles de clientes que demandan planes personalizados online con seguimiento semanal. Del mismo modo el clásico centro debería buscar las siguientes acciones:

  • Dotar la web de contenidos para mejorar el “engagement”: contenidos de calidad escritos por referentes del mundo deportivo, de la organización o de la salud.
  • La promoción de estos contenidos desde redes sociales como Twitter, no solo usarlas como propaganda o comunicación institucional.
  • Incentivar la participación y “gaming” en redes sociales como Instagram, muy utilizada en el sector del Fitness. Aprovechemos esto para dar a nuestros clientes un aliciente más para elegirnos día a día.

Dentro de la digitalización, también tendríamos mejorar la comodidad y flexibilidad de nuestros clientes, desde la posibilidad de poder reservar online, como la de dotar de salas de aparatos con clases virtuales como por ejemplo “Bestcycling”.

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Nueva entrega de “Experiencia del cliente: cómo diferenciarse en la era digital” en La Vanguardia.

Nueva entrega de “Experiencia del cliente: cómo diferenciarse en la era digital” de la que soy coautor junto con Juan Carlos Alcaide.

En diciembre de 2016 se publicaba por primera vez la colección “Las claves del negocio digital al alcance de todos”.  Entonces con “El Mundo” y “Expansión”. Un año después, reaparece la colección con “La Vanguardia”.

En esta ocasión, como en aquella, diseminamos las mejores prácticas para utilizar las herramientas de “Customer Experience” para conseguir una fidelidad voluntaria de nuestros clientes.

El objetivo claro es tener una relación duradera y satisfactoria con nuestros clientes y que nos traigan otros nuevos vía recomendaciones.

Es evidente que con nuestras actuaciones diarias construimos la relación con nuestros clientes. Según sean, induciremos a que el  cliente nos elija una y otra vez.

Demasiado a menudo, las empresas se centran en actuaciones aisladas puntuales, que reviertan el comportamiento de años. Es un error, no existen decisiones milagrosas que enamoren a los clientes. La confianza se gana actuación a actuación, año tras año y, desgraciadamente, se puede perder en muy poco tiempo.

Hablamos mucho de hábitos y procesos, cómo debemos descomponer la relación con nuestros clientes en procesos. Cada proceso tiene una serie de acciones, cada una debe ser diseñada cuidadosamente, para que siempre suceda igual, para que sea el que sea que preste ese servicio, cada servicio se parezca al anterior.

Esperamos que lo disfrutéis.

 

Muchas gracias por tu atención, espero que haya sido útil.

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Públicos objetivos para una buena experiencia

Te has preguntado alguna vez: ¿esta comunicación comercial es para mí? ¿He sido seleccionado dentro de los más propensos a contratar lo que ofrecen?
Seleccionar públicos objetivos con herramientas de Business Intelligence, Geomarketing y mucho sentido común para un buen «customer experience»

English version
Como cliente habitual de Amazon Prime Now, acostumbro a recibir el pedido en bolsas como la imagen de la izquierda.
 

Sin embargo un día recibí el pedido en bolsas de papel pero con una publicidad sobre la conexión a fibra de Vodafone (imagen de la derecha).

¿Todas las bolsas han cambiado de formato o hay alguna razón para que yo la reciba de esta forma?

Soy desconfiado con las empresas por la falta de interés en sus ofertas y el poco cuidado en sus comunicaciones:

  • «Buenas tardes, con quién hablo para dirigirme a usted…»
  • «Hola, es usted el titular de la línea….»
  • o agresivos, «acaso no quieres ganar dinero con las inversiones que te ofrezco…»

Sin embargo, Amazon, es una marca de las más creíbles y cumplidoras, por lo que tiene el beneficio de la duda.

Si fuera el anunciante de la bolsa de la derecha, qué selección hubiera hecho:

Clientes Amazon Premium Prime Now que vivan en fincas con cobertura de Fibra.

¿Es tan difícil hacer un público objetivo? Es complicado obtener datos de familias y geográficas de caracterización para dirigir comunicaciones a clientes que le puedan interesar.

Comunicando a clientes cosas que les interesen:

  • Minimizas el mal efecto de «a esta gente le importo un pimiento»
  • Maximizas la probabilidad de contratar lo que les estamos ofreciendo

Estos son dos principios básicos de la relación con el cliente para que ésta sea una experiencia.

Este artículo se publicó originalmente en https://www.linkedin.com/pulse/targeting-para-el-customer-experience-raul-hernandez?trk=prof-post

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La fórmula del éxito: ingresa más, gasta menos

En los negocios como en la vida para mejorar la cuenta de resultados o ingresas más o gastas menos. La fórmula del éxito es tan simple como poco analizada:

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La vía para ingresar más puede tener varias líneas de actuación:

Comercial a corto plazo (aumentar la Q) : busquemos dentro de nuestros clientes cuáles son aquellos propensos a contratar cada uno de nuestros productos:

Primero con grandes dosis de sentido común y luego echando mano de la estadística: qué datos tenemos y qué histórico de evolución de comportamiento del cliente. ¿Podemos hacer un modelo estadístico de prescripción de productos? Un árbol de decisión puede ser la técnica más sencilla y muy explicativa de cara a la comprensión del resto de los integrantes de la compañía.

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– Comercial a largo plazo: si no pensamos en el resultado inmediato, trabajaremos la relación o «engagement» con el cliente. Fomentaremos una conversación abierta con los clientes, bien sea con contactos frecuentes sin propósito de venta, una postventa de calidad y un marketing de contenidos interesantes y segmentados para nuestros clientes.

– Precios: la medida más impopular e inmediata sería subir los precios. Dependerá también si tenemos margen para hacerla o si estamos en un mercado Premium o tenemos mucha fidelidad de marca. Generalmente esta medida no es popular y por elasticidad precio podemos perder ventas.

Es interesante escrutar la vía de elasticidad precio y ver si tenemos algún producto desposicionado en precio en el mercado: podemos hacer estudios de mercado sondeando si algún producto o servicio está desposicionado o podemos hacer una acción promocional de bajada del precio para ver si bajándolo aumentamos ingresos, hecho que nos dará la información suficiente para saber si estamos en un punto elástico de la demanda.

– Disminución de costes: junto con la subida de precio es la solución más adoptada. Tradicionalmente los costes que se suelen bajar son los laborales, sin embargo los costes de hacer las cosas de una determinada manera, en muchas ocasiones es un lastre mayor.

Revisemos procedimientos, aprovechemos economías de escala, impongamos un sistema de contabilidad analítica que impute costes a procedimientos y personas. Revisemos si la tecnología puede contribuir a la mejora de los costes como las soluciones Cloud o la utilización de software de licencia libre.

 

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